El Dr Noberto Báez es un especialista en el área de reemplazo total de cadera y rodilla. Con mucho esfuerzo y dedicación pudo convertirse en un gran médico.
Mientras hacía sus rotaciones como estudiantes del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, el cirujano ortopeda Norberto Báez Ríos se enfrenta a complicados casos de Ortopedia y se percató de la imperiosa necesidad de ortopedas en la Isla.
Esto lo motivó a especializarse en este campo, completando su entrenamiento en el Hospital Universitario de Río Piedras. Más adelante, obtuvo una subespecial en reemplazo de articulaciones en el Hospital Lennox Hill, en Manhattan, bajo la mentoría del doctor Chitrajan Ranawatt, creador de la primera prosthesis de rodilla en Estados Unidos, y el Dr. Jose Rodríguez.
Reconocimientos a sus logros en cirugías de reemplazo total de cadera y rodilla
En promedio, el doctor Báez Ríos realiza más de 500 cirugías de reemplazo al año. Estas incluyen cirugías de reemplazo total de cadera y rodillas. Su labor de excelencia le ha ganado reconocimiento como uno de los mejores médicos de Puerto Rico. Además de sus trabajos de investigación, contribuye a educar sobre la prevención y cuidado de condiciones ortopédicas a través de las redes sociales y medios tradicionales. Es American Board Certified, y miembro de la Sociedad Puertorriqueña de Ortopedia y Traumatología y del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico.
En la actualidad, los factores que considera más retantes dentro de su campo son la falta de incentivos para evitar la fuga de ortopedas de Puerto Rico y la necesidad de tarifas apropiadas tanto para los médicos como para los pacientes. “Otro reto es llegar a las personas que necesitan el servicio de reemplazo de articulaciones para que sientan que el mismo es uno de calidad y comprometido con su salud”, indicó. Como ortopeda, el propósito del doctor Báez Ríos es mantener una relación directa, cordial y profesional con los pacientes y familiares que atiende de alrededor de la isla.
“Mi compromiso con la salud y el bienestar de mis pacientes se fundamenta en mi fuerte creencia en Dios. Quien me guía, me sostiene y me da el conocimiento y la motivación para mejorar cada día como médico y como ser humano. Mi lema es “la vida es movimiento” y por eso pongo todo mi conocimiento, esfuerzo y experiencia para que mis pacientes lo logren. Esa es la mayor satisfacción que un ortopeda pueda tener y así ve la mano de Dios en todo lo que realiza”, puntualizó.
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