El menisco roto es una de las principales causas de dolor en la rodilla, una lesión que no solo afecta la movilidad, sino que puede agravarse si no se trata adecuadamente. Si has experimentado dolor agudo o una sensación de bloqueo en la rodilla después de un giro brusco, es posible que estés frente a una lesión meniscal.
A continuación, te ofrecemos información clave para identificar los síntomas y resolver cualquier duda que puedas tener.
Diagnóstico y causas de un menisco roto
El diagnóstico de una rotura de menisco, por lo general, comienza con un examen físico.
El ortopedista revisa los movimientos de la rodilla, buscando signos de inflamación, dolor o bloqueo en la articulación. Sin embargo, el diagnóstico definitivo suele confirmarse con estudios de imagen, como una resonancia magnética (RM), que permite ver con mayor claridad el estado del menisco y la gravedad de la lesión.
Causas más comunes
Las roturas de menisco pueden ser causadas por una variedad de factores.
- Lesiones deportivas: Actividades que requieren giros bruscos, saltos o cambios rápidos de dirección, como el fútbol, el baloncesto o el tenis, son una de las principales causas de roturas de menisco.
- Degeneración: A medida que envejecemos, el menisco puede debilitarse y volverse más propenso a romperse con movimientos cotidianos o sin un esfuerzo significativo.
- Accidentes laborales: Movimientos bruscos o levantar objetos pesados en el trabajo también pueden provocar esta lesión.
Síntomas principales
El menisco dañado puede provocar síntomas como:
- Dolor en la rodilla: Puede ser leve o intenso, y suele aumentar al caminar, girar o agacharse.
- Inflamación: La rodilla puede hincharse en las primeras 24-48 horas después de la lesión.
- Sensación de bloqueo: Algunos pacientes sienten que la rodilla se queda atascada y no pueden estirarla completamente.
- Dificultad para moverse: Puede ser difícil caminar, correr o realizar actividades cotidianas.
- Chasquidos o ruidos: Algunas personas experimentan ruidos extraños en la rodilla cuando intentan moverse.
Tratamientos efectivos para un menisco roto
Existen diferentes enfoques para tratar un menisco roto, dependiendo de la gravedad de la lesión, la edad y el nivel de actividad del paciente. Aquí te presentamos algunos de los tratamientos más comunes:
- Tratamientos conservadores
- Reposo, hielo, compresión y elevación (RICE). Dependiendo del tiempo en el que se efectuó la lesión, puede recomendarse calor, en vez de frío, o ambas.
- Medicamentos antiinflamatorios.
- Fisioterapia. Ejercicios específicos bajo la guía de un fisioterapeuta pueden fortalecer los músculos alrededor de la rodilla, mejorar la estabilidad y ayudar a recuperar el rango de movimiento.
- Tratamientos quirúrgicos
- Meniscectomía parcial: En este procedimiento, se extrae la parte dañada del menisco. Es una opción cuando la rotura no se puede reparar.
- Reparación del menisco: Si la rotura está en una zona bien irrigada por sangre, el cirujano puede suturar el menisco para promover su curación.
- Trasplante de menisco: En casos más graves, o cuando el menisco está completamente dañado, se puede considerar el trasplante de un menisco de donante.
La clave para recuperar el bienestar: Diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado
Vivir con dolor y limitación no es lo normal. Si has estado experimentando estas molestias, es importante acudir al especialista para iniciar cuanto antes un tratamiento que te permita recuperar tu bienestar.
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