Los especialistas recomiendan una operación de rodilla cuando los métodos convencionales ya no ofrecen solución.
La cirugía para reemplazar la rodilla o para reparar partes dañadas tiene como principal objetivo restaurar su función y ayudar a aliviar el dolor, pero ¿en qué casos se hace necesario este procedimiento?
Vamos a explorar las situaciones en las que una intervención quirúrgica podría ser la mejor opción y cuáles son los avances que se han logrado en los últimos años.
¿En qué consiste una operación de rodilla?
Durante una operación de rodillas o artroscopia, el cartílago y el hueso dañados se retiran de la articulación. Luego, se colocan piezas de metal o plástico fuerte, en lugares como el extremo inferior del hueso del muslo, el lado posterior de la rótula o en el extremo superior del hueso de la espinilla.
En la cirugía se utiliza una cámara diminuta para observar la articulación completa y los daños que esta tenga. Puede realizarse bajo anestesia local o general, según la lesión y las indicaciones del especialista.
Razones para realizar el procedimiento
Según el Dr. Norberto Báez, cirujano ortopedista y especialista en reemplazo de rodilla y cadera, una operación de rodilla es necesaria cuando se requiere un reemplazo de la articulación por desgaste y los métodos convencionales no ofrecen alivio.
Algunas condiciones por las que se indica son:
- Lesiones graves o rupturas de ligamentos: Las lesiones de ligamentos, como el ligamento cruzado anterior (LCA) o el ligamento colateral medial (LCM), pueden ocurrir debido a traumatismos deportivos, accidentes o caídas.
- Un menisco roto: Los meniscos son pequeñas estructuras en forma de C ubicadas en la rodilla, y actúan como amortiguadores naturales. Cuando se produce un desgarro meniscal, en ocasiones, la porción dañada no puede curarse por sí sola debido a la falta de irrigación sanguínea en esa área. La cirugía se hace para el reemplazo del menisco.
- Sinovitis o daño del revestimiento de la articulación: Este revestimiento se denomina membrana sinovial y la inflamación recurrente puede generar el desgaste.
- Artrosis avanzada y daño articular: La artrosis es una condición en la que el cartílago que recubre las articulaciones se desgasta con el tiempo. Cuando la artrosis afecta gravemente la rodilla, puede provocar dolor crónico, inflamación y limitación del movimiento.
- Inestabilidad crónica de la rodilla: La inestabilidad crónica de la rodilla puede ser resultado de lesiones repetidas, laxitud ligamentosa o condiciones subyacentes.
- Fracturas graves en la rodilla: Cuando una fractura afecta significativamente la estructura ósea de la rodilla, la cirugía puede ser necesaria para realinear y fijar los fragmentos de hueso. Esto es crucial para facilitar la curación adecuada y restaurar la función normal de la articulación.
- Otras condiciones pueden ser: Ciertos tipos de tumores óseos, reparación o reconstrucción de defectos en el cartílago.
Avances en la operación de rodilla
Con el pasar del tiempo el proceso de la operación de rodilla ha tenido modificaciones y avances significativos, y de acuerdo a lo que explica el Dr. Báez, estos se resumen en el tiempo de duración de los implantes, que antes tenían un tiempo de vida de entre 8 a 10 años y ahora se ha prolongado a unos 25 años debido a la calidad de los materiales.
Las aleaciones de los plásticos y metales también cambiaron al titanio, que se fija mejor al hueso.
El Dr. Norberto también comparte que, para evitar la utilización del cemento óseo y la cirugía de revisión en pacientes más jóvenes, en la actualidad, se realizan estudios al Tantalio o metal trabecular. Este tiene una porosidad de aproximadamente 85% con respecto a su volumen, lo que le confiere una microestructura similar a la del hueso y una mayor resistencia.
En cuanto a la complejidad y tiempo de recuperación, hoy en día se considera como una cirugía ambulatoria, por lo que el paciente puede irse a casa el mismo día y puede estar realizando actividades como manejar en unas 4 o 5 semanas.
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